El legado de una familia cordobesa

Restaurante Puerta Sevilla: La Historia de la Familia Rosales y su Templo del Sabor Cordobés

Más que un restaurante, es el buque insignia del Grupo Rosales, un proyecto de vida que lleva décadas rindiendo culto a la materia prima y al respeto por la auténtica cocina de Córdoba.

Hablar del Restaurante Puerta Sevilla es hablar de uno de los rincones más bellos de Córdoba, pero también es hablar de una familia que ha hecho de la hospitalidad un arte. La familia Rosales, con décadas de experiencia en la hostelería, ha conseguido convertir sus restaurantes en referentes de la ciudad, manteniendo viva la esencia cordobesa en cada plato y en cada gesto.

Una familia con raíces en Córdoba

Los Rosales son mucho más que empresarios de la restauración: son una familia profundamente ligada a la vida cordobesa. Su historia está marcada por el esfuerzo y la pasión por la cocina tradicional, esa que no entiende de modas, pero sí de identidad.

Desde sus primeros pasos en el mundo de la hostelería, supieron que su proyecto iba más allá de alimentar: querían crear lugares de encuentro, espacios donde la gente se sintiera como en casa.

Puerta Sevilla: el patio que lo cambió todo

Entre los muchos logros del Grupo Rosales, destaca Puerta Sevilla, un restaurante que condensa lo que mejor saben hacer: unir la belleza de un patio cordobés en flor con la fuerza de la cocina tradicional andaluza. Abierto en el año 1999, cada rincón refleja el mimo de la familia, y cada plato lleva consigo el sello Rosales: autenticidad, calidad y un profundo respeto por los sabores de Córdoba.

Grupo Rosales: una marca de confianza

Con el tiempo, la familia Rosales ha ampliado horizontes con otros establecimientos, cada uno con identidad propia pero todos con un denominador común: la calidez del trato personal y la fidelidad a la gastronomía local.

Clientes habituales y viajeros coinciden: en los restaurantes Rosales se come bien, se está mejor y siempre se vuelve.

Un legado familiar que sigue creciendo

Lo que comenzó como un proyecto local hoy es un referente en la hostelería cordobesa, donde varias generaciones de la familia trabajan codo con codo. Es un ejemplo de cómo la tradición familiar puede convivir con la innovación, manteniendo vivo el espíritu cordobés en cada plato.