Descripción
En el año 1009, la ciudad de Córdoba, entonces capital del mundo islámico occidental, se alzó en armas contra la tiranía de los hijos de Almanzor, sostenida por mercenarios e integristas. La rebelión no fue un estallido espontáneo, sino el fruto de una organización clandestina que vertebró políticamente a la sociedad, creó un ejército propio y se integró en el nuevo gobierno.
El choque con los partidarios de la dictadura desencadenó una larga y cruenta guerra civil, que marcó el ocaso de la grandeza califal: la destrucción de Medina Azahira y Medina Azahara, la fragmentación del poder y, finalmente, la proclamación de la república en 1031, que puso fin al califato omeya.
Con la fuerza de la novela histórica y la sensibilidad de la memoria colectiva, Antonio Manuel, autor de La huella morisca, ilumina uno de los episodios más trascendentales y silenciados de la historia peninsular. Su narración devuelve vida, voces y colores a un momento clave, revelando cómo aquel levantamiento cambió para siempre el destino de al-Ándalus.
La crítica lo define como una novela “escrita en femenino plural”, que rescata la herencia de las mujeres andalusíes (Matilde Cabello), y como una obra que abre paso a una luz milenaria que nunca podrá apagarse (Hashim Cabrera).
Una novela necesaria y memorable que recupera el pulso de la revolución cordobesa de 1009, origen del fin del califato y germen de una nueva etapa histórica.