La Catedral de Córdoba, también conocida como la Mezquita-Catedral de Córdoba o Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, es un monumento arquitectónico único que representa la fusión de dos grandes tradiciones artísticas y religiosas: la islámica y la cristiana.

Originalmente construida como mezquita mayor por Abd ar-Rahman I en el año 785, esta estructura de planta rectangular se caracteriza por su sala hipóstila formada por alrededor de 850 columnas de mármol, granito y otras piedras, que sostienen arcos dobles: el inferior es un arco de herradura típico de la arquitectura islámica y el superior un arco de medio punto propio de la tradición romana. La alternancia cromática en rojo y blanco de los dovelajes de estos arcos es uno de sus detalles más emblemáticos.

El conjunto incluye el Patio de los Naranjos, un espacio porticado con naranjos y una fuente central, que servía como zona de abluciones en la época musulmana.

La mezquita fue ampliada en varias fases durante el Califato de Córdoba por sucesivos califas, lo que incrementó su tamaño hasta alcanzar 23,400 m², configurándola como una de las mezquitas más grandes del mundo en su época. Destacan especialmente las obras de al-Hakam II, quien incorporó el nuevo mihrab (nicho orientado hacia la Meca) y la macsura, que se distinguen por su espléndida decoración de mosaicos y esculturas en mármol.

Tras la conquista cristiana de Córdoba en 1236, la mezquita fue adaptada para su uso como catedral. Entre los cambios más significativos se incorpora un crucero renacentista en el centro del edificio, diseñada por Hernán Ruiz el Viejo, así como la integración de capillas barrocas (como la Capilla Mayor y la Capilla Real del siglo XVIII), una nave central cristiana, y la transformación del antiguo alminar islámico en una torre-campanario renacentista.

El edificio es un claro ejemplo de convivencia de estilos arquitectónicos: el hipóstilo y los arcos árabes conviven con las bóvedas, naves y capillas cristianas renacentistas y barrocas, lo que le confiere un valor cultural, históricamente complejo y artístico incomparable.

El mihrab, uno de los elementos más ornamentados y simbólicos, presenta inscripciones coránicas junto a elaborados mosaicos, y representa un punto focal arquitectónico dentro de la parte islámica del templo.