La Real Iglesia de San Pablo en Córdoba es un templo católico de gran relevancia histórica y arquitectónica, vinculado al antiguo Real Convento de San Pablo, fundado en 1237 tras la conquista cristiana por Fernando III. Construida entre finales del siglo XIII y el siglo XV aproximadamente, la iglesia se levanta sobre un espacio que antes fue un circo romano y posteriormente un palacio almohade, en una ubicación estratégica cercana a la Puerta del Hierro, una de las principales entradas a la ciudad medieval.

Desde el punto de vista arquitectónico, la iglesia combina estilos románico-gótico con influencias cistercienses y elementos de renacimiento y barroco debido a diversas reformas y ampliaciones a lo largo de los siglos. Su fachada principal tiene una portada manierista del siglo XVI diseñada por el arquitecto Juan de Ochoa, con columnas salomónicas y hornacina con imagen de San Pablo en mármol (realizada en 1706). Esta fachada está precedida por un compás (patio de entrada) de trazado barroco del siglo XVIII.

El interior destaca por sus tres naves divididas por pilares y cubiertas de artesonados mudéjares con decoración lacería, que aportan un marcado carácter andalusí. La cabecera está formada por tres ábsides: los laterales son circulares en el interior y rectangulares en el exterior, mientras el central es pentagonal con una bóveda de crucería que recuerda la tradición gótica. En el ábside lateral se encuentra un destacado grupo escultórico barroco de Nuestra Señora de las Angustias, obra de Juan de Mesa (1627). También se conserva la capilla gótica de Nuestra Señora del Rosario, reformada en el siglo XVIII con retablo y camarín barrocos.

Históricamente, el convento fue un importante centro religioso y cultural de la Orden de los Dominicos, con gran extensión que en la actualidad ha sido reducida. Durante la ocupación francesa a principios del siglo XIX, el convento fue militarizado y posteriormente derribado en parte, quedando en pie principalmente la iglesia que ha sido restaurada y actualmente funciona como parroquia bajo los Padres Claretianos.

En resumen, la Real Iglesia de San Pablo es uno de los templos más importantes de Córdoba tras la Catedral, tanto por su extensión histórica como por la riqueza arquitectónica que combina estilos medievales con barrocos, y por su papel como núcleo de la vida religiosa y cultural desde la Reconquista. Se sitúa en una zona privilegiada de la ciudad, junto a vías importantes y restos arqueológicos, consolidándose como un patrimonio imprescindible dentro del casco histórico cordobés.

Principales características arquitectónicas:

• Construcción inicial entre finales s. XIII y principios s. XIV con estilo románico-gótico y cisterciense

• Fachada con portada manierista (siglo XVI) y compás barroco (siglo XVIII)

• Interior con tres naves, artesonado mudéjar, y ábsides variados (circular y pentagonal)

• Elementos barrocos destacados: esculturas, retablos y camarines

• Ubicación estratégica en la antigua muralla, sobre restos romanos y almohades

Valor histórico y cultural:

• Fundada por Fernando III para la Orden de los Dominicos

• Centro religioso y cultural de gran importancia medieval y moderna

• Supervivencia y restauración tras la desamortización y ocupación francesa

• Actual parroquia activa en el contexto urbano histórico de Córdoba

Esta iglesia representa un símbolo de la evolución histórica y arquitectónica de Córdoba y es testigo del paso de varias culturas en la ciudad