La Posada del Potro es uno de los espacios con mayor carga simbólica de la Córdoba histórica. Situada en la emblemática Plaza del Potro, esta antigua posada del siglo XV fue refugio de viajeros, comerciantes, arrieros y pícaros, y se convirtió en un icono de la vida popular cordobesa. Su fama trascendió gracias a Miguel de Cervantes, que la menciona en El Quijote, asociándola al ambiente bullicioso y popular del barrio.

Conserva su estructura tradicional andaluza en torno a un patio empedrado con galerías de madera, testigo del trasiego de siglos. Tras años de abandono, fue restaurada y reconvertida en el Centro Flamenco Fosforito, espacio vivo dedicado al arte jondo, en homenaje al gran cantaor cordobés Antonio Fernández Díaz «Fosforito».

Hoy, la posada es un lugar de encuentro entre tradición y creación, donde se celebran espectáculos, talleres, exposiciones y actividades didácticas sobre el flamenco, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Su atmósfera íntima y su valor histórico la convierten en parada imprescindible para quienes desean comprender la esencia cultural de Córdoba.

La Posada del Potro no es solo un edificio rehabilitado: es un eco del pasado convertido en vibración presente, un espacio donde el flamenco resuena como latido de identidad y memoria.