El Convento de la Encarnación en Córdoba es un monasterio cisterciense fundado a principios del siglo XVI. Su origen se remonta al testamento del canónigo Antón Ruiz de Morales en 1503, quien legó su casa para crear inicialmente un beaterio dirigido por su sobrina Juana González de Morales. Sin embargo, con la concesión de una bula papal del papa Julio II en 1509, se elevó esta fundación a la categoría de convento-monasterio. La constitución formal del convento tuvo lugar en 1510, con Juana González de Morales como primera abadesa, aunque renunció en favor de Guiomar de Albornoz.

El convento está ubicado en la calle Encarnación esquina con calle Rey Heredia, y desde su fundación ha experimentado numerosas modificaciones arquitectónicas y ampliaciones, reflejando estilos renacentista y barroco, especialmente en la iglesia de una sola nave que posee altares diversos y elementos decorativos significativos como el retablo mayor barroco.

A nivel histórico, este convento es uno de los pocos ejemplos de fundación cisterciense que ha llegado hasta la actualidad en Córdoba, con una importante vinculación con la Iglesia catedralicia local, puesto que depende directamente del cabildo de la Catedral en lugar de estar bajo jurisdicción episcopal tradicional. Cuenta con un patrimonio significativo y ha mantenido su función religiosa y monástica desde el siglo XVI hasta hoy.