Sólo tienes que decirle a tu pareja: “haz la maleta, nos vamos a Córdoba”.
Un viaje que empieza con sorpresa
Imagina regalar a tu pareja un sobre con un billete, o enviarle un mensaje que diga simplemente: “Haz la maleta. Te llevo a Córdoba”. No es solo un viaje, es una declaración de intenciones: tiempo juntos, experiencias inolvidables y una ciudad que parece hecha para el romance.
Día 1: Historia, arte y una cena para el recuerdo
Mañana:
Comenzad el día con una visita guiada privada a la Mezquita-Catedral, donde un experto os revelará secretos y detalles que la mayoría de los visitantes pasan por alto. Entre columnas de mármol y arcos rojiblancos, sentiréis que camináis por un lugar fuera del tiempo.
Mediodía:
Reservad una mesa en una terraza con vistas al Guadalquivir. Tapas gourmet, un buen vino Montilla-Moriles y la brisa del río marcarán el primer brindis del viaje.
Tarde:
Perdeos por la Judería, con sus callejuelas estrechas y patios escondidos. Aprovechad para visitar la Casa de Sefarad o algún patio visitable abierto todo el año.
Noche:
Una cena en un restaurante de alta cocina cordobesa como restaurante Puerta Sevilla. Platos de autor que reinterpretan recetas tradicionales, maridados con vinos de la tierra. Terminad la velada con un paseo nocturno por el Puente Romano, iluminado y silencioso.
Día 2: Relax, naturaleza y arte
Mañana:
Despertad sin prisas. Os espera una sesión privada en un Hammam andalusí, con baños termales, masaje relajante y té moruno.
Mediodía:
Subid en coche o taxi a Las Ermitas, donde las vistas sobre la ciudad os regalarán uno de los panoramas más románticos de Andalucía.
Tarde:
Descended hacia el centro y disfrutad de una cata de vinos y aceites premium en un espacio boutique, aprendiendo juntos sobre los sabores que definen la provincia.
Noche:
El broche final: un espectáculo íntimo de flamenco en un tablao selecto, donde la cercanía con los artistas convierte la música y el baile en pura emoción.
Detalles premium para elevar la experiencia
Alojamiento: Optad por un hotel boutique o un palacio rehabilitado en el centro histórico.
Transporte: Reserva de traslados privados desde el AVE o el aeropuerto más cercano.
Fotógrafo local: Una sesión de fotos improvisada en los rincones más icónicos de la ciudad para recordar el viaje.
Regalo final: Una pieza de joyería cordobesa (filigrana o plata) entregada como recuerdo antes de volver a casa.
Conclusión:
En dos días, Córdoba puede convertirse en el escenario perfecto para celebrar el amor. No se trata solo de visitar monumentos, sino de vivir momentos únicos que refuercen la conexión de la pareja. Un regalo que no se olvida, porque la ciudad, como el amor, se queda dentro para siempre.