Curiosidades de Córdoba

El “pego”: de un globo que no voló a una palabra 100% cordobesa

El origen cordobés de una palabra que nació de un globo fallido

De un vuelo frustrado en 1795 nació la palabra “pego”.

En Córdoba, cuando algo es una tontería, carece de sentido o no tiene fundamento, solemos decir que “es un pego”. Una palabra que, para los cordobeses, encierra siglos de ingenio y memoria popular.

Aunque el Diccionario de la Real Academia Española define “pego” como una trampa en juegos de cartas o como la acción de “dar el pego” (engañar o disimular), en Córdoba el término se usa con un matiz muy nuestro: para señalar algo que es insustancial, exagerado o directamente una chorrada.

📜 Orígenes posibles de la palabra “pego”

La procedencia exacta no está del todo clara, pero hay tres teorías principales:

1. Del “pegote” al “pego”

Algunos apuntan que “pego” vendría del apócope de pegote, entendido como algo añadido de forma tosca para tapar un defecto. En Córdoba, con el tiempo, la palabra habría derivado hacia el sentido de “tontería” o “cosa sin importancia”.

2. El vuelo fallido de Ali Bey (1795)

En mayo de 1795, Domingo Badía y Leblich, más tarde conocido como Ali Bey, intentó hacer volar un globo aerostático tipo Montgolfier en Córdoba… hasta cinco veces. Todas fracasaron, y en uno de los intentos el globo acabó incendiado.

La ciudad, siempre afilada en su ingenio, le dedicó un romance satírico invocando a “Pegaso”, el caballo alado de la mitología, para burlarse de su fracaso. De llamar “Pegaso” al inventor, podría haber surgido “pegoso”, y de ahí, acortado, “pego”.

3. El señor Pegó: historia y ficción

Otra versión mezcla realidad y literatura. Según el escritor Manuel Harazem, un personaje ficticio —Monsieur Pegaux o Pegó— inspirado en Badía habría intentado el mismo experimento, sin éxito. La decepción fue tal que, cuando algo no funcionaba, se empezó a decir: “Eso es como lo del Pegó”. El dicho acabó derivando en el actual “vaya pego”.

🎭 Más que una palabra, un reflejo del carácter cordobés

El “pego” es parte de la identidad lingüística de Córdoba. Resume, en una sola palabra, la capacidad de los cordobeses para reírse de los fracasos, convertirlos en anécdota y fijarlos en la memoria colectiva.

Hoy, más de dos siglos después de aquel globo que nunca alzó el vuelo, seguimos usando “pego” con la misma gracia y el mismo guiño que entonces.