Cuando reservas en El Horno de Mel, no solo eliges un menú, eliges un escenario. Descubre la fascinante historia del antiguo Hospital de San Sebastián, el edificio del siglo XVI que hoy acoge la vanguardia gastronómica de Córdoba.
Frente a la imponente Mezquita-Catedral, en la emblemática calle Torrijos, se alza un edificio cuya fachada gótico-plateresca susurra historias de reyes, enfermos, cofrades y niños. Hoy, tras sus puertas, el aroma a café de especialidad y a repostería de vanguardia se mezcla con el eco de los siglos. Estás en el Palacio de Congresos de Córdoba, el hogar de El Horno de Mel, un lugar donde comer es, literalmente, viajar en el tiempo.
Para apreciar de verdad la experiencia que ofrece la chef Melbises Ceballos, primero hay que conocer la increíble historia de los muros que la acogen.
De Hospital de San Sebastián a Casa Cuna
Todo comenzó en 1512. La Cofradía de San Sebastián encargó al maestro arquitecto Hernán Ruiz «El Viejo» la construcción de un hospital en el solar que, en época islámica, había sido la sala de abluciones de la Mezquita. El resultado fue una joya arquitectónica de transición, donde el gótico, el mudéjar y los primeros aires del Renacimiento dialogan en perfecta armonía.
Durante siglos, fue el centro sanitario más importante de la ciudad. Pero su función más conmovedora llegó en el siglo XIX, cuando se convirtió en la «Casa de los Expósitos» o «Casa Cuna». La sociedad cordobesa, muy sensibilizada con el abandono de niños, encontró en este edificio un refugio. De hecho, esta labor de acogida dio nombre a uno de los accesos del cercano Patio de los Naranjos: el Postigo de la Leche.
Un Escenario Monumental para una Cocina de Vanguardia
Tras un periodo de clausura, el edificio renació en 1980 como Palacio de Congresos y Exposiciones, un corazón cultural para la ciudad. Y es precisamente en este cruce de caminos entre la historia, el arte y la modernidad donde nace El Horno de Mel.
Comer hoy en su luminoso patio es hacerlo bajo las mismas arquerías que vieron pasar a enfermos y peregrinos. Disfrutar de uno de sus famosos ‘brunch’ es un ritual contemporáneo en un espacio de rituales antiguos. Admirar la delicadeza de un postre de Melbises Ceballos es añadir un nuevo capítulo de belleza a un lugar que lleva cinco siglos coleccionándolos.
La cocina de El Horno de Mel no ignora la historia que la rodea; dialoga con ella. El respeto por el producto local es un guiño a la tierra que sustenta este patrimonio, y la innovación en sus platos es la prueba de que este edificio, lejos de ser un museo, sigue más vivo que nunca.
Vive la Historia, Saborea el Presente
La próxima vez que busques un lugar donde comer en Córdoba, no elijas solo un menú. Elige una experiencia. Elige sentarte en el corazón de la historia de la ciudad y probar el sabor del futuro.
Admira su claustro mudéjar, fíjate en la increíble portada de Hernán Ruiz I y, después, déjate sorprender por una de las propuestas gastronómicas más interesantes de Córdoba. No hay muchos lugares en el mundo donde puedas hacer algo así.
- Reserva tu mesa en El Horno de Mel y regálate una experiencia que alimenta el cuerpo y el espíritu. Cena en un Monumento Histórico Nacional y descubre el sabor de un lugar único.