Felipe II soñó con el caballo perfecto y eligió Córdoba para hacerlo realidad. Conoce la historia del Pura Raza Española, nacido en las Caballerizas Reales, y vive su magia en un espectáculo único que honra siglos de tradición ecuestre.
Pasear por Córdoba es caminar sobre las huellas de romanos, visigodos y califas. Pero hay otra huella, una elegante y poderosa, que ha marcado la identidad de la ciudad para siempre: la del caballo. Y no de un caballo cualquiera. Hablamos del Caballo de Pura Raza Española (PRE), conocido mundialmente como el Caballo Andaluz, una estirpe que tiene una cuna y un nombre: las Caballerizas Reales de Córdoba.
La relación de Córdoba con el caballo no es una afición, es una partida de nacimiento.
Un Sueño Real: La Creación del Caballo Perfecto
Corría el año 1567 cuando el rey Felipe II, uno de los monarcas más poderosos de la historia, tuvo una visión. Soñaba con crear un caballo que fuera la envidia de todas las cortes europeas. Un animal que combinara belleza, nobleza, valentía e inteligencia. Un caballo perfecto para la guerra, el desfile y la alta escuela, que sirviera como símbolo del poderío del Imperio Español.
Para un proyecto de tal magnitud, no podía elegir cualquier lugar. Necesitaba una tierra con una tradición ecuestre milenaria, con los mejores ganaderos y un prestigio que ya resonaba en todo el mundo. Solo había una opción: Córdoba.
Las Caballerizas Reales: La Fábrica de Leyendas
Por orden expresa del rey, se construyó un edificio monumental junto al Alcázar de los Reyes Cristianos. No era un simple establo, sino un «laboratorio genético» del siglo XVI. Así nacieron las Caballerizas Reales de Córdoba, con el único propósito de ser la cuna de esta nueva y pura raza.
Aquí se seleccionaron las mejores yeguas y sementales de las tierras de Andalucía. Bajo la atenta mirada de expertos caballerangos, se sentaron las bases de una estirpe que se convertiría en leyenda. El Caballo Andaluz, con su porte majestuoso, su crin frondosa y sus movimientos armónicos, había nacido.
El Legado Danza Hoy en su Lugar de Origen
Casi 500 años después, ese sueño de Felipe II sigue más vivo que nunca. Y lo más increíble es que puedes ser testigo de ello en el mismo lugar donde se forjó la leyenda. Las Caballerizas Reales de Córdoba no son un museo; son un escenario vibrante donde la historia cobra vida cada noche.
Ver a los caballos de Pura Raza Española danzar en el picadero de las Caballerizas Reales es mucho más que un simple espectáculo. Es asistir a una clase magistral de historia, es sentir el orgullo de una ciudad y es maravillarse con la belleza de un animal que es, en sí mismo, una obra de arte cordobesa.
No te conformes con leer la historia. Vívela. Siente la pasión, admira el arte y escucha el eco de los cascos que llevan siglos resonando en este lugar mágico.
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