Precursor universal de la aeronáutica

Abbás Ibn Firnás: El sabio andalusí que desafió la gravedad y rozó el cielo

Genio polifacético, científico, poeta y pionero del vuelo, Abbás Ibn Firnás realizó el primer intento documentado de volar y cambió la ciencia para siempre.

En el siglo IX, un cordobés planeó desde el alminar de la Mezquita Aljama.

Abbás Ibn Firnás (Ronda, 810 – Córdoba, 887), de origen bereber y radicado en la Córdoba califal, es uno de los grandes inventores y pensadores del mundo árabe y andalusí. Su legado, muchas veces eclipsado por figuras más conocidas en Occidente, es especialmente relevante en los campos de la ciencia experimental, la poesía y la tecnología. Fue inventor, científico, químico, músico, poeta y astrónomo, realizando aportes cruciales en óptica, relojería y en la manufactura avanzada del cristal de roca.

Entre sus grandes contribuciones destaca la invención de la clepsidra (reloj de agua), el desarrollo de lentes de aumento para lectura, y técnicas que permitieron a Al-Ándalus superar a otras civilizaciones en la talla y manufactura de vidrio y cristal. Su inquietud científica lo llevó a experimentar con conceptos de física y mecánica, un terreno apenas explorado por sus contemporáneos.

La hazaña que lo catapultó a la historia universal ocurrió en torno al año 875, cuando ya superaba los 65 años de edad. Después de años de observación del vuelo de las aves y estudios sobre la dinámica del aire que anticiparían principios de aerodinámica, Ibn Firnás diseñó y construyó el primer planeador humano conocido: una estructura de madera cubierta de seda y plumas. Ante la mirada de cortesanos, eruditos y curiosos de la corte cordobesa, se lanzó desde una torre y consiguió planear durante varios segundos, sufriendo posteriormente lesiones leves en el aterrizaje. Este experimento fue documentado por varios biógrafos y crónicas andalusíes, consolidando su fama como pionero de la aeronáutica.

La moraleja de aquel vuelo fallido fue la deducción de que el artefacto requería una cola para garantizar la estabilidad, anticipando así principios básicos que siglos más tarde aplicarían Leonardo da Vinci y los pioneros de la aviación moderna. Por esta razón, Abbás Ibn Firnás es recordado como un precursor no solo en la técnica sino también en el pensamiento científico.

Su impacto trascendió lo experimental y dejó huella en la cultura popular y científica. Actualmente, su nombre adorna puentes en Córdoba, un aeropuerto en Irak, y un cráter en la Luna denominado «Ibn Firnás», símbolo de su contribución universal. Además, su imagen figura en sellos libios y murales en Málaga, consolidando su leyenda como hombre que se atrevió a volar antes de que la humanidad dominara el aire.

Abbás Ibn Firnás, lejos de ser solo un inventor, simboliza el poder del conocimiento y el valor de transgredir fronteras científicas y filosóficas. Su vida y obra inspiran a quienes, como él, creen que la pasión y el ingenio son las alas del progreso.